La finalidad principal de la educación de personas adultas es la creación de posibilidades formativas e investigadoras para todas las personas adultas y, especialmente, para los sectores más desfavorecidos. Todos los demás objetivos que surgen en ese ámbito (intereses laborales de las y los profesionales, currículums académicos de las y los investigadores, protagonismos personales de los cargos) deben estar siempre subordinados a la finalidad principal.
Los movimientos de EA estamos a favor de todas las personas y grupos que luchan por la igualdad y la superación de toda discriminación racista, sexista, edista o clasista, y estamos en contra de todos los poderes y grupos que son responsables de las desigualdades o/y que atacan la lucha igualitaria y las personas que la impulsan.
Las representaciones y cargos de los movimientos de EA deben ser ocupados por las personas participantes que, por no haber tenido oportunidad de estudios universitarios, son excluidas de los cargos de representación de la sociedad letrada, incluidos los movimientos sociales. La minoría que tiene título universitario y/o que cobra por su dedicación profesional a la EA debe apoyar esas organizaciones sin intentar nunca suplantar la representación de las personas participantes.
Las personas participantes en los proyectos de EA deben tener siempre en cuenta que todavía están más excluidas las personas no participantes. Así, los movimientos de EA deben luchar por una transformación para que la la EA llegue a estas personas, evitando las actuales dinámicas de la EA que dificultan la participación de los sectores más desfavorecidos.
Quienes ocupen los cargos de representación deberán subordinar siempre su protagonismo personal y/o de grupo al desarrollo de dinámicas que sean capaces de incluir a cada vez más participantes de diferentes etnias, edades y, en general, de diferentes sectores sociales. Se deberá, no obstante, evitar la inclusión de personas o grupos que establezcan dinámicas que impidan o dificulten el incremento de la participación.
Todas las personas participantes en el movimiento social de EA subordinarán siempre su protagonismo personal o de grupo a las dinámicas que más favorezcan la participación de todas las personas. Se evitarán dinámicas individualistas que perjudiquen al colectivo y, por tanto, a todas las personas que lo forman.
Todas las personas que ocupen cargos lo harán con una voluntad de servicio al colectivo que debe controlar democráticamente su actuación y los abandonarán voluntariamente o a petición de la asamblea cuando su permanencia en los mismos debilite la organización. Evitarán que las situaciones individuales asociadas a los cargos se conviertan en resistencias a abandonarlos.
Todas las personas participantes seremos solidarias ante los ataques que reciben diferentes personas y proyectos que impulsan decididamente el protagonismo de las personas participantes. Evitaremos las críticas por la espalda y los celos que debilitan los movimientos populares y nos hacen perder la esperanza en el sueño de un mundo mejor.